El Pueblo por la Libertad del Aborto
¡La comunidad latina de Carolina del Norte quiere atención del aborto para todos!
La comunidad latina prospera cuando controlamos nuestros propios cuerpos, vidas y futuros. Eso significa seguir tomando decisiones sobre nuestra salud, incluyendo el aborto, el control de la natalidad y la atención materna, tal como lo hemos hecho durante siglos. Las prohibiciones del aborto—desde México y Argentina hasta Carolina del Norte—no son más que otra manera en que los políticos intentan controlarnos y quitarnos nuestro poder. En 2023, la legislatura de Carolina del Norte aprobó una prohibición extrema del aborto. Desde entonces, hemos estado trabajando para minimizar los efectos tan dañinos de esta prohibición del aborto en nuestra comunidad, que ya se enfrenta a importantes barreras para acceder a la atención sanitaria, como el transporte, los recursos económicos, las barreras lingüísticas y el estatus migratorio.
Sabemos que la atención del aborto se ha practicado con diferentes nombres a lo largo de generaciones en nuestra comunidad. Por muy tabú que haya sido y sigue siendo hablar del aborto, nuestro futuro depende ahora de nuestra capacidad para reconocer que la atención del aborto es nuestro derecho.
En la comunidad latina siempre ha existido el aborto. Ningún legislador debería tener más poder sobre nuestros cuerpos que nosotros.
La Marea Verde lleva mucho tiempo abogando por la ampliación del acceso al aborto en América Latina. Recientemente, este movimiento se ha extendido por toda la región y ha logrado el derecho al aborto en los países de origen de muchas de nuestras familias que ahora residen en Estados Unidos, donde hemos estado sufriendo restricciones a nuestros derechos reproductivos. En México, Argentina y Colombia, el aborto se ha despenalizado o incluso legalizado por completo gracias a este movimiento. ¡Este es el poder de nuestra gente uniéndose para luchar por el control de nuestros propios cuerpos!
Debemos poder decidir qué es lo mejor para nosotros y nuestras familias. Los políticos de Raleigh no deberían opinar sobre nuestros embarazos ni controlar nuestros cuerpos. La decisión de abortar debe pertenecernos a nosotros, no a ellos.